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Los Patriarcas
Israel tiene su origen en unas emigraciones arameas que hacia el siglo XVIII a. C. descendieron del norte para establecerse en Palestina. El Génesis nos presenta a Abrahán, primer patriarca, que viene con su familia desde Ur pasando por Harán. Con él comienza el período patriarcal, que abarca desde los siglos XVIII al XIII aproximadamente. En esta época no podemos hablar todavía de un “pueblo” de Israel, mucho menos de nación. Se trata de grupos seminómadas, que se trasladan con sus rebaños en busca de pastos apropiados y mantienen relativo contacto con las ciudades por las que pasan, aunque sin establecerse en ellas. Los personajes más importantes de esta época son: Abraham, Isaac y Jacob quienes están presentes en los relatos del libro del Génesis.

Abrahán, llamado inicialmente Abram y Sara, inicialmente Sarai, Dios les dio un hijo cuando ya se creía biológicamente imposible por su avanzada edad, prometiéndoles que a través de ese niño se haría una gran nación y que sus descendientes serían más numerosos que las estrellas.
Isaac fue el hijo prometido a Abrahán y Sara. Isaac se casó con una mujer llamada Rebeca; tuvieron dos hijos gemelos, Esaú y Jacob; el primero era el favorito de Isaac, y Jacob era el favorito de Rebeca.
Jacob, fue quien siguió la línea israelita. Dios cambio su nombre por “Israel”, tuvo doce hijos; Jacob y sus hijos son considerados los padres de las 12 tribus de Israel, ¡El pueblo de Dios!.
Dato Curioso
La estructura social de la época tenía tres niveles: tribu, clan y familia o casa (Jos 7:14). La unidad fundamental era la familia (bet ay en hebreo, que significa «casa del padre»). Estaba compuesta por un patriarca, (un adulto masculino responsable), su esposa, sus hijos y las esposas de estos, sus nietos y varios otros dependientes. Debido a que en las sociedades patriarcales el linaje o descendencia seguía adelante a través de los descendientes varones, las hijas casadas se unían a las familias de sus esposos. El patriarca era responsable del bienestar socioeconómico y religioso de toda la familia (Gn 14:13-16).
El sello, el cordón y el bastón de un hombre eran símbolos de su identidad individual y colectiva, eran el equivalente antiguo de una cédula de identidad o de una firma ( Gn. 38:17-18).
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